Nuevos frentes abiertos en las universidades españolas por la pandemia por COVID19
05/05/2020
Javier Uceda, director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria.
Jorge M Martínez, director técnico de la Cátedra UNESCO.
Richard Merhi, investigador de la Cátedra UNESCO.
Tras la declaración de la OMS de la pandemia por COVID19 y el consecuente estado de alarma por parte de gobierno de España, las universidades españolas se enfrentan a la situación más compleja y urgente de su historia moderna.
Esta emergencia ocurre en un tiempo en el que las universidades españolas aun no terminan de recuperarse de la grave crisis económica y financiera del país iniciada en el año 2008. Un tiempo en el que, a pesar de los recortes, la creatividad de nuestras instituciones logró paliar, al menos en parte, los problemas generados por la drástica disminución de sus recursos disponibles. En el momento de declaración de la pandemia, con la escasa información con la que contábamos sobre el virus causante de la enfermedad, nadie esperaba que irrumpiera en España con tal fuerza, que afectara a la normalidad del día a día de las personas y, por supuesto, nadie esperaba que transformara de manera tan drástica el funcionamiento cotidiano de nuestras universidades.
Al factor sorpresa hubo que sumar la imprevisión generalizada de nuestras instituciones públicas y privadas. No estábamos -y aun no lo estamos- suficientemente preparados (a los hechos nos remitimos) para solventar los problemas derivados de contingencias de esta naturaleza y calado. Y la respuesta de un sistema universitario muy descentralizado, creado sobre el modelo de las Comunidades Autónomas, con las competencias transferidas, pero con un marco normativo básico común, no es fácil. De la coordinación de la respuesta depende que las soluciones propuestas en esta situación de emergencia para resolver algunos problemas no generen otros, que afecten a los principios de equidad y eficacia en que debe basarse el sistema.
El análisis de la situación actual permite valorar la respuesta de las universidades en una emergencia como la pandemia COVID19, y ha arrojado luz sobre las capacidades de nuestras instituciones de educación superior, pero también sobre sus carencias y debilidades, al afectar irremediablemente a todas y cada una de las funciones de la actividad universitaria (docencia, investigación, transferencia de conocimiento, relaciones con la sociedad, etc.).
De todas las actividades universitarias, la actividad docente es la de mayor visibilidad social por el impacto directo que genera sobre un gran número de personas (al menos, los estudiantes y sus familias, el profesorado y parte del personal de administración y servicios), por la inmediatez del calendario académico y la finalización del curso en las próximas semanas. En este ámbito las universidades han detectado rápidamente el problema y han propiciado en un tiempo récord el traslado del proceso enseñanza-aprendizaje de las aulas a un proceso a distancia.
Sin embargo, a pesar de la gran agilidad mostrada por la mayoría de las universidades en este proceso de transformación de la metodología educativa, también se han detectado en todo el proceso algunas carencias de gran calado, como son: la escasez de medios, por ejemplo los vinculados a los sistemas de evaluación a distancia; la necesidades de formación del profesorado en metodologías docentes no presenciales; la adaptación de los estudiantes a nuevas formas de aprendizaje, aunque esta variable es, probablemente, la más fácil de resolver, excepto en lo relativo a la disponibilidad de medios técnicos para su participación; y finalmente, las enormes dificultades para la adquisición de competencias prácticas vinculadas a laboratorios y talleres de todo tipo.
No menos importante son las necesidades que surgen en la investigación y en las actividades de transferencia de conocimiento. El cierre temporal de laboratorios y talleres tiene un impacto directo en un gran número de proyectos experimentales, provocando su retraso, dificultando su evaluación por las agencias competentes en los proyectos competitivos, retrasando la preparación de nuevos proyectos y dificultando la conexión de los grupos universitarios con el sector productivo y la sociedad en general.
Los grupos de investigación universitarios han reaccionado con rapidez, atenuando en parte algunos de los inconvenientes citados, trasladando los métodos de trabajo presenciales a métodos online, allá donde esto ha sido posible. Se ha reformulado los planes de trabajo de los proyectos en marcha para realizar trabajos de gabinete, retrasando los trabajos experimentales a una fase posterior.
Son excepción a esta regla los proyectos relacionados de manera directa con la pandemia que han continuado especialmente activos, buscando acelerar sus resultados, ya sea en la consecución de una vacuna, en el desarrollo de medicamentos para el tratamiento del coronavirus, en la obtención de modelos que permitan estimar la evolución de la pandemia o en el diseño y fabricación de equipamiento específico, caso de los respiradores, para el tratamiento de la enfermedad.
En el plano de la gobernanza de nuestras universidades, se han mostrado las virtudes y carencias ya conocidas. Entre las virtudes hay que destacar la rapidez de respuesta de nuestros rectorados para la puesta en marcha inmediata de las medidas, consecuencia del estado de alarma.
Pero del mismo modo, se han encontrado algunas limitaciones como las ya comentadas en el caso de la docencia, y las enormes dificultades para la vuelta a lo que se ha denominado nueva realidad. Esta nueva realidad exigirá reacondicionar espacios para garantizar las distancias de seguridad, y esto afecta gravemente a las aulas y laboratorios universitarios, sin que resulte fácil encontrar una solución a corto plazo.
De ahí que la finalización del curso académico 2019/2020 plantee muchas incógnitas, algunas relacionadas con la evaluación ordinaria y extraordinaria del curso, o lo relativo al acceso de nuevos estudiantes en la EvAU, pero no son menores las dificultades pendientes de resolver para el curso que viene, que tienen que ver con la programación del curso (presencial, online, mixto), con la parálisis de programas de intercambio de estudiantes como ERASMUS, con la reordenación y reacondicionamiento, en su caso, de espacios e instalaciones, con el establecimiento de protocolos de seguridad, etcétera.
La gobernanza de las universidades debe adaptarse a este nuevo contexto, donde la estructura de gobierno en todos sus niveles debe mantener un cierto alineamiento con unos objetivos compartidos, para conseguir la adaptación de la estructura universitaria a esta nueva realidad, capaz de responder con la urgencia y la eficacia que exigen situaciones de crisis como la que hoy nos ocupa.
Estas no son más que algunas de las carencias y necesidades que estamos evidenciando a propósito de la emergencia de la COVID19. Cada estudiante, cada profesor, cada gestor o directivo universitario podría, sin duda, añadir las que su propia experiencia les evidencia.
Los frentes que se abren al sistema universitario español y a sus universidades están en tres espacios temporales claramente diferenciados: la inmediatez en la resolución de los problemas derivados de la pandemia y el estado de alarma; la organización y puesta en marcha del próximo curso académico, y lo que podríamos denominar como la era post COVID19, que no es otra cosa que la preparación de nuestras universidades ante futuros escenarios de crisis.
Entendemos que, como en la mayoría de los grandes retos a los que se han enfrentado nuestras universidades a lo largo de su historia, las soluciones han de pasar obligadamente por más y mejor formación del profesorado, la innovación en las metodologías educativas, la profesionalización de la gestión y la dirección de las universidades, la modernización y flexibilidad de nuestras organizaciones, la administración inteligente y la creación de nuevos modelos de financiación que permitan hacer frente a este tipo de contingencias y el fortalecimiento de la dimensión social, que garantice que ningún estudiante se quede fuera del sistema.
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